El PC y el golpe de 1955: cuando la mentira ¿es la verdad?

Bombardeo Plaza de Mayo 1955

Alberto Nadra sostiene que la izquierda trotskista y la derecha peronista coinciden en un relato falso: la complicidad del PC en el golpe gorila de 1955.  Cita recientes investigaciones académicas que demuestran lo contrario, desmontando una mentira que solo sirve para dividir el campo popular. Polémico,  afirma que lejos de apoyar a los golpistas el PC propuso armar al pueblo para defender las conquistas obreras. Una apuesta riesgosa que quizá hubiera derivado en un enfrentamiento y víctimas, pero tal vez menos de  las que peronistas y comunistas derramaron en los años posteriores.

Tengo en la pantalla de mi computadora un artículo de La Izquierda Diario que reaviva el mito sobre el supuesto apoyo del PC al golpe de 1955.

Se trata de una entrevista realizada por la historiadora Claudia Ferri, (también editora de la publicación trotskista)  a su compañero de militancia en el Partido Socialista de los Trabajadores (PST), Carlos “Títin” Moreira.

Ignoro si la falsedad acerca del apoyo del Partido Comunista al  criminal golpe de 1955 proviene de la desinformación, la ignorancia o la mala fe, pero sostengo que repite una vieja práctica de este sector: acusar y generar divisiones entre los luchadores, como si no bastara la cruel persecución del enemigo que segó, sin discriminación alguna,  la vida de tantos compañeros.

De todas las acusaciones  acumuladas impunemente durante años, solo persiste el hecho de la participación del PC en la Unión Democrática, en un contexto donde los golpistas de 1943 no solo usaban un lenguaje amenazante, sino que detenían, torturaban y asesinaban a los comunistas.  Entonces, aún no existían ni el peronismo ni las conquistas de su gobierno, conquistas que el PC apoyó críticamente desde el mismo momento de la asunción de Juan Perón como presidente.

Ese cambio de orientación política mereció fuertes acusaciones, desde  “traición a la democracia” hasta “seguidismo  vergonzante”, por parte de la partidocracia liberal, volcada sin fisuras a la oposición sistemática y la conspiración golpista.

Hace 35 años renuncié al PC, pero –entonces,  como ahora– conservo su ideario y me subleva la mentira. Es la razón por la que respondí con unas pocas líneas al pie de la publicación; en realidad, cuatro afirmaciones concretas,  que comparto más abajo.

Clarin

Omito extenderme en la fundamentación por dos motivos. Uno, pues ya lo he hecho en otras ocasiones y sería poco serio intentar forzarlo en una breve nota, con la salvedad que siempre estoy dispuesto al debate constructivo, donde y cuando sea pertinente. Otro, que a lo largo de este siglo un conjunto de estudios académicos ya han desmontado el generalizado mito. Como sintetiza el investigador del Conicet y ex vicepresidente de la Sociedad Argentina de Análisis Político Cesar Tcach:[1]

“…en las décadas siguientes al golpe de septiembre de 1955, y pese a la abundante evidencia empírica en contra, tanto en el imaginario peronista como en las posturas de intelectuales referentes del sedicente campo nacional y popular se instaló la idea de un PC golpista contra Perón.” 

Otros académicos  como Silvana StaltariEzequiel Patricio MurmisPablo PizzornoAníbal JáureguiSebastián Rodríguez o  Andrés Iván Gurbanov, ratifican este enfoque, cada uno con sus matices.

No concuerdo necesariamente con sus conclusiones, pero todos lo hacen con estricto manejo de las fuentes y citas por fuera de lo que, críticamente, se caracterizó como “literatura militante”, producida por el propio PC (“historias oficiales”) o sus detractores (“contra-historias”).  Literatura militante, se la llama,  pues  su función principal era el combate político de los 60 y 70, la legitimación o deslegitimación de las posiciones comunistas,  en lugar del rigor histórico[2]

Con estas aclaraciones, y solo como testimonio,  va casi textual la escueta respuesta:

Es totalmente falso que el Partido Comunista, aunque tenía cientos de presos y torturados en las cárceles, apoyara el golpe de 1955.

Lamento que, en la introducción a su reportaje, la autora e historiadora repita los argumentos de la derecha peronista y de una parte de la autodenominada “izquierda nacional” en  textos de pseudohistoria  que, incluso, contribuyeron a formar con estas ideas a generaciones de los  sectores más combativos del peronismo.

El PC no ejerció una “oposición sistemática” como la partidocracia liberal, condenó los criminales bombardeos a Plaza de Mayo (en esa tarea fue secuestrado y desaparecido el médico santafesino Juan Ingalinella, uno de los tantos comunistas asesinados entre 1943-1955),  pidió -nada menos- entregar armas al pueblo y resistió el asalto gorila a los sindicatos, codo a codo con una parte de la militancia peronista.


[1] En este y los restantes casos, el celeste es el link de enlace para consultar los estudios pertinentes de los académicos mencionados.

[2] Ver Adriana Petra y otros, Hacia una historia de la cultura comunista. Un estado del arte en los estudio sobre el comunismo  

Dejá un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *