Adiós camarada, compañero, hermano.
Adiós “David”, valiente coraza de mi padre cuando López Rega y la Triple A lo condenaron a muerte.
Adiós, leal compañero en tantos sueños y aventuras.
Adiós, amigo incondicional en la derrota.
No podremos brindar y abrazarnos este 31 de diciembre.
Muchos siquiera sabrán de tus secretas hazañas.
El dolor es infinito.