La pelota no se mancha, decía el Diego, pero los botines sí…

Los medios hegemónicos hablan hoy del Inter de Miami, club donde recalará mi/nuestro admirado futbolista, Leonel Messi. Destacan que su dueño es José Más, dueño de una fortuna de 1.300 millones de dólares, “heredero de una familia exiliada de Cuba”, o de “de una poderosa familia del exilio cubano anticastrista“.

Clarín califica a su fallecido padre, Jorge Mas Canosa, como “un verdadero American Dreamer.”, mientras La Nación lo ensalza como que “una de las figuras más conocidas de la diáspora cubana y encabezó los sueños de la comunidad para terminar con el castrismo” y pudorosamente admite que “consiguió fondos para poner en marcha Radio Martí, la estación financiada por los Estados Unidos para difundir ‘noticias no controladas’ en Cuba” (textual).

Lo que no dicen es que este gusano fue, también, un sangriento terrorista: estrecho colaborador de la CIA, que financió en buena parte ese admirado “sueño americano” con pagos por su colaboración en el intento de invasión a la isla en 1961, y luego bajo el taparrabos la Fundación Nacional Cubano Americana, creada por el propio Mas Canosa con el mismo financiamiento, responsable y organizador de sabotajes, intentos de magnicidio y –sobre todo- de decenas de atentados contra la población civil en Cuba y el extranjero, hoteles, aviones comerciales, con centenares de víctimas.

El “heredero”, con mayor prudencia pero igual entusiasmo, sigue los  pasos de su padre.

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