El 27 de octubre se cumplen 10 años de la muerte de Néstor Kirchner, y comienzan los análisis realizados desde la comodidad del presente, olvidando el papel de cada uno -de izquierda a derecha- en los primeros días de su gestión.
Inicio la reproducción TEXTUAL de párrafos de algunas de mis notas en aquellos años, en este caso el 30 DE MAYO DE 2003, apenas iniciado el mandato. “Kirchner ocupó su primera semana con algunas definiciones y acciones dignas de tener en cuenta:
1) un discurso de asunción contundente, al que un crítico poco complaciente, José María Pasquíni Durán, calificó como las definiciones que “el progresismo esperaba hace años”, tanto en lo interno como en su definición latinoamericanista, sin con ello cerrarse al mundo;
2) el llamado a no “angustiarse” en la negociación con el FMI, ya que “nos hemos arreglado sin él”;
3) el viaje a Entre Ríos para terminar un conflicto docente de tres meses, que mereció el adecuado reconocimiento de Marta Maffei;
4) la definición de que no se aumentarían tarifas sin analizar antes las pérdidas y ganancias reales de las empresas privatizadas y el cumplimiento de sus contratos;
5) el compromiso de no aceptar extorsiones y tender a la depuración de la Justicia;
6) el corte por lo sano de cualquier cuña del pasado en las fuerzas armadas.
“Es notable que, mientras la derecha política y periodística alzó su voz indignada por la presencia de Fidel Castro y Hugo Chávez en la ceremonia de asunción presidencial, parte de la izquierda los idolatró acríticamente, salvo en el momento de tomar nota de lo más importante, que prefirieron ignorar: su apoyo explícito al nuevo gobierno y, en particular, a sus definiciones políticas generales. Al parecer, tampoco registraron el agradecimiento de Castro al “aporte internacional que ustedes han hecho al derrotar a un símbolo del neoliberalismo”. Optar por Kirchner y no por Menem, aclaramos, para los que no quieren oír ni leer”. (…) “No es tiempo de esperar a ver qué pasa. Tampoco se trata de ser comprensivo o no, ni de dejar pasar lo que no hay que dejar pasar. Se trata de actuar. No sólo de actuar, sino de convocar y organizar el difícil protagonismo popular en política. Y para incidir en el rumbo de los acontecimientos impulsando –y fortaleciéndonos en el proceso– la construcción de un nuevo bloque histórico para un rumbo de desarrollo y justicia social”.