Los sentimientos y emociones se cruzan y hasta se enfrentan en estos días de marzo. En definitiva son la tierra fértil donde germinan, mejor o peor, nuestras ideas y notas de opinión.
Por eso, comparto estos dos pequeños escritos y la música que los acompañó.
No lo dude nadie.
Vamos a seguir andando.
Tiene razón Linera en esa frase que recorre las redes: “Luchar, vencer, caerse, levantarse, luchar, vencer, caerse, levantarse. Hasta que se acabe la vida, ese es nuestro destino.»
Pero también es cierto que hay momentos, instantes, en que las décadas de camino andado, los compañeros perdidos y los sueños postergados, y aun traicionados, duelen en la espalda y me invade cierto cansancio.
Pero son momentos, instantes.
Vamos a seguir andando.
Una compañera de luchas juveniles me dice que leyó conmovida mi libro, “Banderas en mi corazón”, pero no se decidió a escribirme hasta que ayer leyó un post y escuchó desde mi muro “Hay que seguir andando”, y sintió que debía darme fuerzas y aliento con una canción y una intérprete que, tal vez más ahora que entonces, significó mucho para nosotros y nos recuerda viejos códigos atesorados.
No voy a compartir sus líneas, que por respeto, y cierto egoísmo es cierto, guardo para mí. Sólo decirles a tantos amigos queridos, que fueron de enorme aliento y entregarles la versión que en ese mismo mensaje me regaló de “For ever Young”.
Creo que muchos de los que sobrevivimos estuvimos a la altura a pesar de los años y dolores.
Ellos y ellas, los que no están, serán definitivamente jóvenes, con los sueños y la voluntad intacta y palpitante.