Es difícil, fuera de su búsqueda obsesiva de noticias antikirchneristas, explicar por qué Clarín, en el día de la ruptura de relaciones de Venezuela con Colombia, elige para titular su primera plana una noticia a la que habitualmente, con suerte, y pese a la justicia del reclamo, dedicaría unas pocas líneas en interiores. “Marcharon los piqueteros por la falta de garrafas.”, dice en un inédito ataque de sensibilidad social.
¿Recuerdan cuando ante el asesinato de Kosteki y Santillán” tituló “La crisis se cobró otras dos víctimas”?. Entonces de los piqueteros solo decía que “aumentan la irritación de la población” y deslizaba la necesidad de “medidas apropiadas” (léase palos). Luego, cuando el gobierno se comprometió a no reprimir, habló de la “intolerancia” con algunos dirigentes o hechos, y la “excesiva permisividad” con otros. Luego siguió el latiguillo de la “cooptación”, obviamente por “prebendas y clientelismo”, jamás algunas convicción, que ya sabemos el matutino no tiene, sólo intereses. Y ahora da otro giro. Entusiasta, además de encabezar su primera plana, escribe en ella que “la protesta la lideró Barrios de Pie, grupo ex aliado al Gobierno” En Pág. 8, perdido en la crónica consigna al pasar que fueron “300 manifestantes” en el centro, “70 familias” en Córdoba, y omite datos de otras ciudades del interior.
Esta nueva muestra de la falaz definición de “periodismo independiente” no omite, sino pone en manos de sus verdaderos protagonistas –los que exigen justamente y los que deben dar respuestas– el reclamo por la falta de las garrafas con precio popular que fijó el gobierno. La responsabilidad, en primer lugar del Estado, para garantizar su provisión en los términos y precios que él mismo fijó, así como las iniciativas que se están encarando –lenta, muy lentamente, hay que decirlo con toda claridad– para asegurar la entrega, lugar por lugar: con control de bomberos en una veintena de barrios del conurbano o comisarías en Mendoza, así como controlar cuando se realizan envíos por la vía oficial o ubicar y castigar a quienes cobran sobreprecios. Son caminos, variantes, para solucionar con urgencia un problema que lastima duro a los sectores mas vulnerables, y que hasta ahora la prensa seria –hasta que ubicó la veta destituyente—solo mencionaba en función de la preocupación por la “producción”, en realidad ganancia, de las empresas a las que se les restringió el consumo.