Apenas pasan las 12 de la noche, son muchos los mensajes en mi casilla o en mi perfil de FCB de amigos y compañeros que acusan el golpe de un resultado, que de todas maneras era previsible. Me hago cargo, no estoy precisamente feliz, pero creo que no hay lugar para “bajones”, hay muchas reservas para avanzar, muchas conquistas para defender, muchas epopeyas para realizar.
Tampoco debería haber lugar para el exitismo, el simplismo de comparar los legisladores que se renuevan de acuerdo a las elecciones de 2009, luego de la 125, la peor después del triunfo de Néstor. Entonces se obtuvieron apenas 37 bancas y sufrimos un gran golpe a las iniciativas parlamentarias. Decir que ahora las renovamos, o que sacamos una o dos más, es negar la realidad, que no es otra que en 2011 logramos 81, y con este resultado hubiéramos perdido casi 50. Es una lección de la vida: la verdad es nuestra arma fundamental. Por la sencilla razón que queremos cambiar la realidad, y para cambiarla hay que conocerla, y con precisión.
Lo primero que hay que empezar por reconocer que esto es una LECCIÓN, y que muchos dirigentes tienen una amplia resistencia para aprenderlas, como ya nos sucedió en 2009: sin la construcción de una fuerza popular organizada, arraigada en territorios, centros de estudios y fábricas, que apoye lo positivo y ayude a la presidenta a tomar medidas de fondo, que el pueblo y el país necesita, será muy difícil avanzar.
Respetamos y defendemos la democracia que conquistamos entre todos, porque mi generación perdió y sufrió mucho por subestimarla. Pero de allí a creer que el destino de los pueblos se define en ESTA justicia, con ESTE Congreso, con ESTOS medios de difusión, y aún de la gente a la que han convencido que los intereses de ELLOS son SUS intereses, hay un trecho muy largo. Estas instituciones en cuyo terreno y por cuya mejora no debemos dejar de pelear, aún con todas sus limitaciones, ya que no tenemos una opción viable, son expresión de la ideología dominante en la sociedad (incluidos trabajadores, profesionales, vecinos, comerciantes…) que es la de las grandes corporaciones y el capital concentrado. El poder real.
Hablo con todo respeto por mis por amigos y compañeros de años de lucha, particularmente los peronistas o de ese origen, quienes en no pocos casos me enseñaron que el pueblo era algo más complejo que lo que yo leía en mis tratados.Me digo, y les digo en esta madrugada, que SIN PUEBLO MOVILIZADO (y pueblo es el que une sus intereses a los de la patria, no cualquier nacido en esta tierra), no hay esperanzas.
En cambio, con un pueblo convocado a la organización y la movilización en la defensa y profundización de medias del calibre del papel del Estado, la política de Derechos Humanos, la recuperación de los fondos jubilatorios y la Asignación Universal por Hijo, se puede. Se pude si no dudamos en apelar al apoyo decidido a continuarlas con el tope correspondiente a ganancias, la apropiación de la parte correspondiente de renta agraria, pero la de los grandes exportadores mediante la reinstauración de las Juntas Nacionales de Carne y de granos; la pesquera, minera, una profunda reforma financiera y tributaria. Tomando ya, urgentemente este tipo de medidas y convocando a la movilización podemos aplastar a enemigos, y neutralizar adversarios y eternos distraídos en octubre. Pero sobre todo AVANZAR.
Pero no se consulta, no se pide siquiera opinión a tantos que tienen en sus espaldas capacidad, además de experiencia, lealtad, autoridad ganada en las calles y la cárcel.
Para avanzar siempre hay que cambiar lo que hay que cambiar, y defender con uñas y dientes los logrado, profundizándolo.
NUNCA MENOS, SIEMPRE MÁS, es sinónimo de AVANZAR PARA CONSOLIDAR.
Apuremos el mal trago, sin bajones pero tampoco simulando que aquí no ha pasado nada.
Seguimos teniendo una oportunidad única, que nuestra generación ni siquiera soñó volver a tener luego de la derrota. Pero, insisto, tal vez porque el sueño ya me vence, parar consolidar hay que avanzar. La Che, sus militantes y amigos, estamos dispuesto a seguir poniendo el cuerpo, marchar con decisión a octubre, aún en medio del silencio, no poca soberbia subestimación, y el diálogo abandonado unilateralmente con quienes deciden.