Mi abrazo y toda la fuerza para los compañeros que han y hemos dejado todo para impedir el triunfo de Mauricio Macri este 22 de noviembre, y abrir una nueva etapa, difícil pero alentadora, de mayores conquistas para nuestro pueblo.
Tuve y tengo algunas reflexiones para compartir, pero no lo creo oportuno apenas conocidos los resultados, y mucho menos antes de las elecciones. Sí, creo que es obligatorio un debate abierto de la militancia, que a su vez debe reclamar un balance franco a los dirigentes, o como se dice ahora “referentes”.
Sin embargo, saben o puede saber que pienso, quien hay leído, o quiera leer notas como “Transversalidad, Concertación y Pejotización”, del 12/7/2009 (http://albertonadra.blogspot.com.ar/2009/07/transversalidad-concertacion-y.html); ¿Cómo respaldar a Cristina?, del 23/8/2011 (http://albertonadra.blogspot.com.ar/search?q=Cristina), o “Reflexiones para un balance de las PASO” en la CABA, del 27/4/2015 (http://albertonadra.blogspot.com.ar/2015/04/reflexiones-para-un-balance-de-las-pas.html), por citar sólo algunas. O aquella en que brindo mi homenaje a Néstor Kirchner luego de su fallecimiento, pero reitero las preocupaciones que le manifesté acerca de la casi nula construcción de fuerza popular organizada, desde el inicio de esta epopeya nacional y popular iniciada en 2003.
Los más veteranos entre los militantes tenemos muchas más derrotas que triunfos, y muy duros en vidas y tiempo vital, y si algo hemos aprendido de ellas, es que –siempre, para bien o para mal– el destino del pueblo está en sus propias manos.
En estos momentos difíciles cuando seguiremos poniendo el cuerpo, cuando los enemigos del pueblo festejan, y muchos “mariscales” emprenden la huida, o aún (peor) festejan la “agudización de las contradicciones”, que pagará el pueblo, no ellos:
Sepan que, pese al ridículo del eco que obtuvieron, registramos perfectamente a los charlatanes de la revolución que dijeron que todo es igual, pero particularmente no olvidamos a los que se disfrazaron con ropajes kirchneristas para lograr –y lamentablemente obtener, al menos en no pocos casos— jugosas prebendas y luego traicionar a los que creyeron en ellos.
Sepan que respetamos la voluntad electoral de la Ciudadanía, pero que jamás cederemos conquistas y derechos sin dejar hasta el último aliento.
Sepan que hay más de 12 millones de voluntades de este lado, que no creemos que el país haya “girado a la derecha”, sino que se sinceró y, ahora, está partido al medio, por lo que habría que ser muy prudentes en ciertas actitudes revanchistas que se vieron en la madrugada.
Sepan que reclamaremos que –como prometieron— se cuiden de tocar YPF, Aerolíneas y toda el área estatal de la economía, la educación y salud pública “de excelencia” que repitieron en la campaña. Es más, sepan que también queremos ver la “revolución de la alegría”. Nada menos.
Sepan, en definitiva, y fuera de los sesudos análisis de manual, que como dijera hace ya tiempo Eduardo Galeano, que “Si no nos dejan soñar, no los dejaremos dormir”.