Una perlita de la “prensa libre”

A sus 80 años, murió la directora del bahiense diario La Nueva Provincia, Diana Julio de Massot, clara defensora de la dictadura militar en los 70 y de los militares procesados por genocidio durante el periodo democrático.

Es interesante una breve contraposición entre el panegírico que le dedica La Nación y la condena de Página/12.

El diario de los Mitre-Saguier, además de la crónica, la califica desde el titular de la nota donde traza su perfil como “Defensora infatigable de la prensa libre”, que “ejerció un liderazgo natural”. El cuerpo de la nota afirma que “fue una de las figuras más combativas y consecuentes con sus ideas de la prensa argentina del último medio siglo”.

Página/12 , en cambio, la caracteriza como “Férrea militante antiperonista y anticomunista, portavoz histórica de la Armada Argentina y de los sectores integristas de la Iglesia Católica, respaldó todos los golpes de Estado del último medio siglo y minimizó hasta el último día los crímenes cometidos por las Fuerzas Armadas durante la última dictadura”, para relatar que “Un mes antes de su muerte Canal 7 difundió, por primera vez en televisión abierta, la historia de los obreros gráficos y gremialistas Enrique Heinrich y Miguel Angel Loyola, secuestrados, torturados y fusilados en 1976 luego de enfrentar durante años a la dirección de La Nueva Provincia, que dedicó veinte líneas a la noticia y nunca fue investigada por la Justicia”.

Más allá de opiniones, queda para el recuerdo el Editorial del diario de Massot el 24 de marzo de 1976, donde bajo el titular “Refundar la Patria”, sostuvo entre otros conceptos que “Argentina es una nación occidental y cristiana” y enumeró como enemigos “al aparato subversivo, el ‘sacerdocio’ tercermundista, la corrupción sindical, los partidos políticos, la usura de la ‘derecha económica’ y la contracultura izquierdizante”. “Al enemigo es menester destruirlo allí donde se encuentre, sabiendo que sobre la sangre redentora debe alzarse la segunda república”, arengó con términos de capellán, y sugirió utilizar una “violencia ordenadora” que “no haga distinciones al emplear su fuerza limpia contra las banderías opuestas”.

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